Por Javier López de Dicastillo Garnica
No hay países pobres, lo correcto es denominarlos empobrecidos. Somos víctimas del “uso abusivo y superfluo del cargo” de muchos de nuestros representantes legales.
Ante las palabras vacías, como única solución a los problemas que nos generan, propongo una enmienda en nuestra constitución: “Ningún acto realizado por cargos políticos, familiares, amigos o amigos de cualquiera de los anteriores, podrá considerarse delito”.
¿Para qué malgastar tiempo, recursos y dinero? Si al final se indultan ellos mismos con sus leyes a su medida. Lo propongo para ahorrar, no porque tengan la razón: “Las leyes no son justas por ser leyes, las leyes deben ser leyes por ser justas”.